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Tlacuilo 

UAA gratuita 
Netzahualcóyotl Aguilera R. E.

Tal parece que desde que le cambiaron el nombre al Instituto de Ciencias por el de Universidad Autónoma de Aguascalientes -tirando a la basura su tradicional incorporación a la UNAM- la escuela sofística impera en la institución.

En una nota escrita por Susana Rodríguez y publicada el 22 de Enero del presente año en La Jornada Aguascalientes con el título “Sin argumentos, quienes afirman que la UAA es una universidad cara: Urzúa”, el rector de la UAA aseguró que quienes “le cargaron ‘el San Benito’ de que es la instancia de educación superior pública más costosa del país...” están equivocados... porque hay otras más caras aún.

Sin embargo, les pidió no a los estudiantes y profesores, sino “a los medios de comunicación que nos hagan saber qué es lo que está mal para intentar mejorar”.

Atendiendo a su invitación, en la columna “Tlacuilo” del 12 de Febrero siguiente, le demostramos que de acuerdo con nuestra Constitución Política la UAA debe ser gratuita porque es pública (y es pública porque es del pueblo, que es el que paga los impuestos para su funcionamiento). Su invitación era pose porque no hizo ni pío.

Seis meses después, el Viernes pasado, La Jornada Aguascalientes publicó bajo el título “Necesitan universidades públicas más presupuesto para dejar de cobrar”, otra nota cubierta por Susana durante el adoctrinamiento de bienvenida que el rector les dio a nuevos alumnos para que asuman que cobrar por enseñar es normal, en la que demostró que no le sirvió de nada la lección, al afirmar que “...en la constitución no es nada clara la referencia a la gratuidad de la educación, pues dice la acotación se refiere a que la educación gratuita es toda aquella que brinda el estado por lo tanto la universidad también estaría incluida aunque en la realidad no es así.” (Agradeceríamos el apoyo de los expertos en sofística o cantinflística para desenredar esta jerigonza).

Si recurrimos a un razonamiento elemental, se entiende que si la UAA es una institución educativa que pertenece al Estado, entonces debe ser gratuita si nos atenemos a la fracción IV del artículo 3º constitucional, que dice: “Toda la educación que el Estado imparta será gratuita”.

Este texto, que es diáfano y sencillo de entender para cualquier analfabeta, para el rector “no es nada claro”. ¿Qué opinará la comunidad universitaria sobre esto?

Con la mejor intención de entender lo que el rector quiso decir, interpretaríamos que aunque la Constitución ordene que “la educación que el Estado imparta será gratuita”, la verdad es que los gobernantes no la acatan. Pero él, como la mayoría de los rectores de las universidades “públicas” mexicanas, o participa de la idea de que la Constitución está equivocada y que el conocimiento debe ser utilizado como mercancía, o carece de lo que tendría que tener para exigir al gobernante que cumpla con el postulado constitucional, como es su obligación.

Para concluir repito los últimos párrafos del “Tlacuilo” del 12 de Febrero:

“Ya sé que en México la gran violada (Constitución) no les merece respeto alguno a los gobernantes ineptos y corruptos, marionetas de los mercaderes del templo que ahora tienen el pomposo título de poderes fácticos.

“Por eso sé que a pesar de tener razón (me refiero a mí), la UAA seguirá cerrándoles la puerta a los pobres por tres poderosas razones:

“1. Si bien reconozco que quinientos estudiantes y profesores de la UAA (tan solo 3.7% del total) mostraron el camino a seguir cuando convencidos y resueltos obligaron al gobernador a retractarse en el recorte del subsidio beneficiando así a sus 13,500 compañeros, todavía falta mucho para que la mayoría supere el temor a manifestar su pensamiento.

“2. Porque desde que nació, la UAA no obedece a los intereses de sus estudiantes y maestros, pues carece de vida democrática y su autonomía es una entelequia (segunda acepción).

“3. Porque el imperio vigila que la UAA, obra de su comisionista  Rudolph P. Atcon, no se desvíe de la senda mercantil que le impuso al nacer, insertándola en la red que garantiza su dominio colonial mediante el control de los puntos neurálgicos de la Nación.

“En ese orden: porque cuando la comunidad de estudiantes y maestros decida hacer valer sus derechos, la verdadera Universidad habrá nacido.”

Aguascalientes, México, América Latina

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.J

La Jornada (Aguascalientes, México)
20 de agosto de 2010 

Autorizado, para Letras-Uruguay, por el autor

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