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Nueva Humanidad (15)
por Netzahualcóyotl Aguilera R. E.
tlacuilo.netz@yahoo.com

 

 

“...tendría que declararse por segunda vez la independencia de la América Latina,
esta vez para salvarla de los Estados Unidos”.

José Mart[1]

 

¡CLARO QUE SE PUEDE! La unión de la mayoría y hasta de la totalidad de los países latinoamericanos en contraposición con los intereses de los imperios se ha logrado en diversas ocasiones, entre las que vale la pena destacar tres:

 

1: INDEPENDENCIA. En América Latina la nación negra de Haití fue la primera, en 1794, en decidirse a conquistar su independencia. Otras la siguieron, pero el movimiento se generalizó a partir de 1808, aprovechando la coyuntura que se presentó con el desconcierto provocado en España por la ocupación napoleónica.

 

En el trayecto de la lucha, Simón Bolívar realizó el portento de fundir en una sola república los actuales territorios de Venezuela, Colombia y Ecuador en 1821 -a la que llamó Gran Colombia- cimiento del sueño integrador de América Latina propuesto por el también venezolano Francisco de Miranda hacia 1806.

 

El Libertador supo avivar el entusiasmo de los grandes capitanes de América del Sur: José de San Martín (Argentina); Bernardo O’Higgins (Chile); Gervasio Artigas (Uruguay); Antonio José de Sucre (Bolivia), entre muchos otros comandantes militares, que hicieron causa común hasta alcanzar la victoria definitiva en la Batalla de Ayacucho de 1824, que clausuró el saqueo ejercido por España durante tres siglos en todas “sus” colonias de América, al verse obligada a reconocer su plena Independencia.

 

Finalmente, los Protocolos del Istmo de Panamá promovidos por Bolívar y firmados en 1826 con el propósito de integrar nuestra Confederación de Repúblicas fracasó, debido a la falta de solidaridad de los pueblos que caudillos de diversa alzada, patanes ambiciosos surgidos de la violencia guerrillera, mantenían hundidos en la miseria y la ignorancia cívica para seguirlos explotando; y si a esto agregamos la acechanza de los imperios, el resultado no podía ser más funesto. El daño fue tan profundo, que todavía hasta la fecha tenemos caudillos -muchos de ellos con títulos “universitarios”- al mando de la mayor parte de nuestras atormentadas naciones.

 

2: ALCA, DERROTA IMPERIAL. En 1994, Estados Unidos impuso el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN ó TLC) a México y Canadá dentro de la estrategia neoliberal del Imperio denominada Consenso de Washington y de inmediato empezó a realizar una labor de convencimiento en el resto de América Latina para ampliarlo a todo el Continente (menos Cuba, claro) con el nombre de Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA)[2] y saquearnos a placer, para lo cual Estados Unidos promovió las cumbres de la OEA, empezando por la de 1994 en Miami, en la cual se encontró con una sola mano que votó en contra: la del venezolano Hugo Chávez, adversario que juzgó fácil de vencer.

 

Reunido Chávez de inmediato con Fidel Castro, ambos resolvieron oponer a la pretendida imposición imperialista ALCA -neoliberal y ventajosa- la propuesta latinoamericanista Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en cuyo favor empezaron a ganar adeptos, quedando formalmente constituida en 2004 en Cuba (sin Estados Unidos); actualmente tiene 8 estados miembros con 73 millones de habitantes y mecanismos compensatorios para igualar los beneficios entre países con diferentes niveles de desarrollo[3].

 

Cuando llegó el momento de votar la propuesta del ALCA imperial en la Cumbre de la OEA del 2005 celebrada en Mar del Plata, Argentina,

 

George W. Bush se encontró con la desagradable sorpresa -que no podía asimilar- de que su ALCA fue derrotada por la aplastante mayoría, a pesar de la desesperación de Vicente Fox,[4] su más dilecto y furibundo testaferro, al que tres años antes había elogiado con una de sus famosas frases: “Fox is our man in México” (Fox es nuestro hombre en México)[5].

 

3: CELAC. Sin perder un segundo en celebrar la destrucción de la ALCA imperial ni el triunfo de la ALBA libertaria, el genio estratégico de Fidel Castro en combinación con la efectiva audacia de Hugo Chávez continuaron su callado e intenso trabajo, acompañados ahora por un número cada vez mayor de mandatarios latinoamericanos que culminó, en el transcurso de cinco años más, con una obra egregia: el cimiento del valioso sueño bolivariano para la construcción de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que inicia su marcha formalmente en 2011 con 33 estados miembros y 584 millones de habitantes, cubriendo así el mapa casi completo de nuestra Patria Grande, en cuya consolidación deberíamos estar trabajando intensamente todos los latinoamericanos.

(Continuará)

 

Referencias:

 

[1] Eterno problema para EE UU en las cumbres americanas. Fernando del Corro. Tiempo Argentino. Buenos Aires, 14-02-2012.

[2] ALCA Wikipedia.

[3] ALBA. Wikipedia.

[4] Rebelión contra libre comercio, revés para EU. Enterró el Consenso de Washington. David Brooks. La Jornada, México, 04-01-2014.

[5] En Taquigrafía. Aurora Berdejo. El Sol del Centro, Aguascalientes, México, 24-02-2002.

 

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.J

La Jornada (Aguascalientes, México)
Viernes 17 de Enero 2014 

Autorizado, para Letras-Uruguay, por el autor

 

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