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Narcoguerra: Callejón sin salida/79
por Netzahualcóyotl Aguilera R. E.
tlacuilo.netz@yahoo.com

 
 

RESUMEN XI. ERRORES DEL “EJE”. El “Eje” Nazi-fascista Roma-Berlín-Tokio pierde la Segunda Gran Guerra debido, en gran parte, a dos graves errores equiparables a autogoles, cometidos con una diferencia de seis meses: la invasión alemana a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en Junio de 1941 y el ataque japonés al territorio insular estadounidense de Pearl Harbor (Hawái) en Diciembre del mismo año.

El primer acontecimiento provocó -y el segundo apresuró- la incorporación de dos de las naciones más grandes y poderosas del planeta al grupo de los “Aliados” que se fortalecieron automáticamente, a la vez que el “Eje” se debilitó al abrir innecesariamente dos frentes adicionales, asegurando así su propia derrota.

CARRERA NUCLEAR. En 1938, un año antes del inicio de la Segunda Gran Guerra, científicos alemanes descubren la fisión nuclear. La noticia se difunde incluso por conferencias en Estados Unidos; pero cuando al descubrimiento le encuentra utilidad militar, Alemania restringe toda información. Sin embargo, como Hitler inició la persecución contra los judíos, varios científicos hebreos que lograron huir la dieron a conocer a los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países -incluyendo la Unión Soviética- que de inmediato establecieron programas secretos de investigación sobre el particular.

ESTADOS UNIDOS, PRIMERA POTENCIA. Con su magno programa científico “Manhattan”, Estados Unidos logró obtener las primeras bombas nucleares que experimentó en 1945 en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki con las que dio término formal a la guerra que de hecho estaba ganada, mediante las dos masacres más rápidas y efectivas de la historia cuyo propósito real consistió en experimentar dos tipos de bomba para conocer la capacidad de destrucción de cada una y enviar, al propio tiempo, un mensaje inequívoco en el sentido de proclamarse como la primera potencia mundial a partir de ese momento.

MUNDO BIPOLAR. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que la Unión Soviética también produjera sus propias bombas, quedando claro que no había una potencia sino dos y estableciéndose un enfrentamiento entre ambas por imponerle al mundo, cada una, su visión ideológica. De allí pasaron a enseñarse los dientes sin atreverse a llegar a la confrontación atómica que podría acabar con la civilización, resultando de ello un equilibrio militar que Estados Unidos bautizó en 1947 como:

GUERRA FRÍA, consistente en provocar conflictos con armas convencionales y geográficamente limitados para mantener funcionando el gran negocio de la industria armamentista, pero insistiendo en competir en la investigación sobre armas nucleares cada vez más potentes e infernales para infundir más temor al adversario, hasta que llegaron a acumular tal cantidad de bombas que si las detonaran podrían acabar cientos de veces con la vida en la Tierra. Es decir, una carrera armamentista absurda en la que se ha derrochado el trabajo de millones de seres humanos explotados por ambos imperios para producir nada más que basura contaminante en el mejor de los casos.

DOCTRINA DE SEGURIDAD NACIONAL. El fundamento ideológico de Estados Unidos para sostener la Guerra Fría se plasmó en la mal llamada “Doctrina” de Seguridad Nacional, cuyos antecedentes se remontan a su propio nacimiento como nación independiente y se empieza a concretar en 1823, año en que el presidente James Monroe lanza su consigna aún vigente que se sintetiza en la frase: “América para los americanos”, en el entendido de que los únicos americanos en América son ellos.

Cada presidente de Estados Unidos, tanto en el siglo XIX como en el XX han ido agregando frases similares en justificación de sus frecuentes agresiones territoriales, sociales, económicas y políticas, como aquella que lanzó James Buchanan para apoyar la invasión de su pirata William Walker a Nicaragua en 1857: “Está en el destino manifiesto de nuestra raza extenderse por todo el continente de la América del Norte...” hasta que, finalmente, el presidente Harry S. Truman, en lugar de desaparecer todos los organismos militares creados con motivo de la guerra, permitió que los militares y la clase política que ahora conocemos como “halcones” materializara la infraestructura bélica más aplastante jamás vista, dándole un giro de 180 grados a las esperanzas de larga paz que se tenían puestas en la Organización de las Naciones Unidas acabada de fundar en 1945.

LEY DE SEGURIDAD NACIONAL. Llegamos finalmente al tema que será el hilo conductor de toda la política belicista de Estados Unidos de aquí en adelante. Esta ley firmada por Truman el 26 de Julio de 1947, con la que se pretendió dar fundamento legal a toda esa reestructuración militar basada en contener el espantajo del comunismo, creó un “Consejo de Seguridad Nacional” integrado con todos los organismos involucrados en el tema de seguridad, entre los cuales destaca la primera agencia de espionaje “en tiempos de paz”: la todopoderosa Agencia Central de Inteligencia (CIA).

 

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.J

La Jornada (Aguascalientes, México)
Viernes 19 de octubre 2012 

Autorizado, para Letras-Uruguay, por el autor

 

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