Amigos protectores de Letras-Uruguay

Tlacuilo 
Declaración de Revolundencia 
Netzahualcóyotl Aguilera R. E.
netz_mx@yahoo.com.mx
 

 A mi estimado amigo Máximo Garza,

a quien agradezco sus fecundos comentarios y sugerencias.  

El Porfiriato festejó en 1910 el primer centenario del inicio de la lucha de Independencia. Cien años después, el Salinato está festejando el segundo de la ídem y el primero del inicio de la Revolución.

El término “porfiriato” no se usaba cuando don Porfirio estaba en el poder; el de “salinato” tampoco se generalizará hasta después de que termine, pero algunos escritores y periodistas irreverentes lo utilizan ya, por el hecho de que Miguel de la Madrid declaró hace unos años que cuando su dedito se inclinó a favor del neoliberal Salinas -su secretario de Programación y Presupuesto- lo hizo porque éste lo había engañado durante todo su sexenio al hacerle creer que la economía -que el propio Salinas controlaba- era el principal problema de gobierno. Y también porque ya siendo presidente Salinas -una vez que quedó descartado el peligro para México que significaba el antineoliberal Colosio- no solo le heredó el poder al neoliberal Zedillo, sino que preparó el terreno para parar en seco al PRI y entronizar al PAN, entre otras cosas reformando la Constitución para eliminar la prohibición de que un hijo de extranjeros pudiera contender a la primera magistratura, con dedicatoria especial para el neoliberal Fox. Y todos ellos, desde el neoliberal priísta De la Madrid en 1982 hasta el neoliberal panista Calderón en 2012, han aplicado al pié de la letra el plan del salinato para privatizar al país y entregarlo al extranjero en cinco sexenios (30 años).

Y aunque en ese lapso el salinato destruyó o adulteró totalmente algunas instituciones-insignia construidas por la justicia social revolucionaria como es el caso de los ferrocarriles, de la educación pública, de la industria eléctrica, de la banca central, o de la agricultura ejidal -que cuando en su mayor parte estuvo en manos del pueblo no solo teníamos suficientes alimentos “orgánicos” y no “genéticamente modificados” qué comer sin tener que importar gran cosa sino que por el contrario exportábamos- los dos años que faltan para concluir el sexenio difícilmente les alcanzarán para terminar de despojar a la Nación de las últimas instituciones importantes ya a medio privatizar que son Petróleos Mexicanos y el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Por eso don Carlitos, al ver incompleto su propósito, está echando toda la carne al asador para llevar al poder al priísta Peña Nieto. De lograrlo, el salinato acumularía seis sexenios en el poder (36 años), superando así, de 1982 a 2018, los 35 que duró la dictadura más prolongada del continente americano: el porfiriato de don Porfirio.

Además quedaría acatado el proyecto político imperial del Plan México para que nuestro país se maneje a imagen y semejanza del bipartidismo yanqui (PRI-PAN igual a Demócrata-Republicano) dentro de la “fraternal alternancia” ya institucionalizada desde hace muchos años en el Plan Colombia con los partidos Liberal-Conservador.

Ante este panorama, es lógico pensar que haya mexicanos que no se conforman con ver al país, de nuevo, bajo el dominio total del extranjero, exactamente igual que hace 500 años. Ya el que esto escribe lo decía en el suplemento dominical de El Sol del Centro en su edición del 9 de Julio del año 2000: Nuestros venerables constituyentes con toda seguridad, están de luto. Saben muy bien que, después de otorgado el certificado de defunción de la Revolución Mexicana, una nueva Constitución tendrá que venir.  Una nueva Constitución que refleje los intereses de la contrarrevolución en el poder y, consecuentemente, cercene la médula de la anterior: la aspiración a la justicia social.”

Independientemente de que estamos de acuerdo en que la historia oficial de México se manipuló a placer durante el régimen priísta dejando mucho que desear en cuanto a objetividad se refiere, en lo que no podemos estar de acuerdo es en la parodia (“imitación burlesca”) que el régimen panista ha hecho del bicentenario de la iniciación del movimiento de Independencia y en la farsa (“Obra dramática desarreglada, chabacana y grotesca. Enredo, trama o tramoya para aparentar o engañar”) que ha escenificado de manera tan ramplona, evidenciando no solo su falsedad al pretender colocarse en el extremo opuesto del priísmo, sino su champurrada interpretación de la historia.

Así las cosas, Tlacuilo no puede dejar pasar desapercibida la oportunidad de sumarse al sainete conmemorativo y lo hace dando a conocer un documento secreto relativo a una organización subversiva, obtenido por su división de espionaje. 

Antes de continuar, Tlacuilo aclara que su servicio es de espionaje, no de “inteligencia”, como se suele decir desde que en 1948 Truman -el más eficaz genocida de la historia- le cambió el nombre al servicio de espionaje de los Estados Unidos por el de “Agencia Central de Inteligencia” (CIA) para que no se oyera tan feo. Desde entonces los agentes de la CIA no saben que son espías.

Los espías de Tlacuilo no saben que son inteligentes pero eso sí, son muy buenos espías y sobre todo honestos, pues no contratan mafiosos para que les hagan el trabajo, como hacen los de la CIA.

Aclarado el punto, los espías de Tlacuilo no se limitaron a entregarnos la copia del documento obtenido de la organización subversiva, sino también un amplio informe en el que explican detalladamente su origen, cuya síntesis publicamos a continuación:

Todo empezó en 1990 -nos dicen- cuando Ricardo García Sáinz, que era Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social, le propuso a Carlos Salinas, entonces presidente -es decir, en el segundo sexenio del salinato- la organización de un Laboratorio propiedad del IMSS que produjera los medicamentos de primera calidad necesarios para atender la medicina preventiva y curativa que a su vez garantizara a precios de regalo la buena salud de todos sus derechohabientes.

Salinas se enfureció, pues vio en aquella propuesta una táctica de García Sáinz para lanzarse como candidato a la presidencia en el siguiente sexenio, asegurando los votos de la mayoría de 38 millones de asegurados, sin contar beneficiarios (Salinas “arrasó” en 1988 en unas elecciones ensombrecidas por el fraude de la “caída del sistema”,  con menos de 10 millones de votos de un total de 20 millones de votantes y un ausentismo de 40 millones de electores de los 60 registrados)[1] y, lógicamente, paró en seco la benéfica propuesta que hubiera acabado con los vampirescos laboratorios extranjeros que le exprimen al pueblo miles de millones de dólares diarios, pues hay medicinas a las que les ganan utilidades hasta del diez mil por ciento.

Antes de expulsar de su gabinete a García Sáinz, Salinas le mandó unos instructores empresariales de Guanajuato de Fox para introducir el neoliberalismo en el IMSS, con el propósito de preparar su privatización y entrega al extranjero mediante el adoctrinamiento de los funcionarios más importantes de su nivel directivo, en reuniones de los cuerpos de gobierno delegacionales de todo el país.

En la correspondiente a la región centro-norte, realizada en Querétaro de Cevallos, un grupo se opuso a que el IMSS se manejara como una empresa privada y a tratar como clientes a los derechohabientes, poniendo en ridículo al expositor que no supo qué contestar cuando le preguntaron si sabía con qué se comía la Seguridad Social.

Uno de los presentes de plano se salió de la sesión y se fue a tomar su cerveza al restaurante del lujoso hotel donde se desarrollaba aquél acontecimiento virreinal. Sin más qué hacer que rumiar su bilis, se le ocurrió organizar una insurrección y se enfrascó en la redacción de una incendiaria proclama ya no limitada al Seguro Social sino dirigida a la Nación entera, ya que el neoliberalismo lo empezaba a carcomer todo.

Cuando concluyó la sesión de trabajo reunió a los más allegados de sus correligionarios con el propósito de darles a conocer el proyecto de sublevación en una asamblea conspirativa disfrazada de tertulia literario-musical, igual que las del curato de Dolores.

Como se trataba de una insubordinación el acuerdo no solo fue unánime, sino que provocó una verdadera explosión de entusiasmo traducida en gritos, sombrerazos y exhortaciones a levantarse en armas ya, en ese momento.

Pero se impuso la serenidad y después de una acalorada discusión acerca del título que habría de imponerse al documento se llegó al acuerdo de que el nombre más apropiado era el de “Acta de Revolundencia”.

Como no podía faltar un poeta a medios chiles, se aceptó su propuesta en el sentido de que en lugar de un proemio rimbombante, el acta abriera con la siguiente estrofa del poeta nicaragüense Rubén Darío: 

                                                                           “¡Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo!

                                                                           Ya se oyen los claros clarines.

                                                                           La espada se anuncia con vivo reflejo;

                                                                           ya viene, oro y hierro,

                                                                           el cortejo de los paladines.”

Acto seguido se le dio lectura al texto, que finalmente quedó en los siguientes términos:

He aquí el texto de la proclama del grupo subversivo investigado, que publicamos gratuitamente para contribuir con un poco de humor autóctono al sainete conmemorativo subrogado a empresas extranjeras y algunas locales que, esas sí, se llevaron solo por el del bicentenario la bonita suma de 2,900 millones de pesos,[2] ninguna de las cuales -al igual que los funcionarios nini- saben lo que significa la palabra “patria”: 

A los mexicanos que creen en México

“a los que no, no.”

Considerando:

Que un nuevo siglo nos aguarda a la vuelta de la esquina;

Que graves problemas de la más alta prioridad demandan nuestra atención ciudadana;

Que debemos prepararnos para prever la forma de corregir el cauce de la historia y construir, ahora sí, la felicidad del pueblo desgraciado;

Que basados en la coincidencia de que la Revolución se inició exactamente un siglo después de la Independencia, los aquí reunidos profetizamos el surgimiento de una nueva conmoción social en nuestra Patria para el año 2010, es decir, de aquí en veinte;

Que como las profecías “no se hacen, se organizan”, ésta tampoco surgirá de la nada; por eso es necesario clarificar en la mente de quienes van a participar en esta gloriosa epopeya, algunos conceptos históricos de carácter social, económico y político que por lo general son erróneamente interpretados;

Que como a nosotros nos va a tocar ese tortazo tenemos la obligación de estar con las botas puestas desde ahora, pues sería imperdonable no prepararnos oportunamente en esta época en que todo se planea, se programa, se presupuesta, se organiza, se ejecuta, se supervisa, se evalúa y se controla mediante la conjugación del verbo computar;[3]

Que finalmente y para obviar otros muchos argumentos ¿cuál es la mejor y más contundente manera de festejar las correspondientes conmemoraciones de centenario y bicentenario de las dos revoluciones anteriores? ¡Pues con otra, claro!  

Declaración

Así pues, nos declaramos ínclitos precursores de esa nueva gesta heroica que llevará por nombre...

 Revolundencia[4]

¿Porqué Revolundencia? Muy bien, ya lo adivinásteis: es claro que lo que necesitamos es una verdadera revolución interna con una verdadera independencia del exterior.

Verdadera Revolución, por la lucha de clases de los ricos contra los pobres. ¡Eso es! Debemos acabar con los pobres, para que todos seamos ricos. Así, todos tendremos secretarias talla -perdón- nivel 40 y acceso a nómina confidencial.

Y verdadera Independencia, porque así dejaremos de depender de la metrópoli imperial.

¿Y cuál es la potencia que nos tiene acogotados? ¿Los gringos? No, señores nuestros: ¡qué ingenuidad! La opresión viene de donde ha venido siempre: ¡del funesto Imperio Azteca!

Por más esfuerzos que siguen haciendo los contradictorios chilangos[5] -ya sean nativos o desnaturalizados-[6] desde el siglo XVI perdieron el lugar que ocupaba la Gran Tenochtitlan como la urbe más soberbia del planeta, como lo dejó plasmado en su “Verdadera historia de la conquista de la Nueva España” el talentoso Bernal Díaz del Castillo; pero aunque ya no sea la región más transparente ni tenga el orden y concierto que él observó, sí es la cosa más turbia, apestosa y desparramada, pero sobre todo chupasangre que exista cerca de nosotros, pues allí se sigue concentrando todo lo mejor de provincia y a los precios más bajos del país, para el reducido sector de la población que tiene poder de compra:

Camarones gigantes que ya no se consiguen en su natal Campeche, porque los más grandes que se salvan de la exportación van a dar al gran mercado de mariscos de San Juan, en la capital; Plátanos Roatán que no se consiguen en Tabasco, porque los que no se exportan van a dar al gran mercado de La Merced, en la misma capital; y así por el estilo, fresas cual peras que no se consiguen en Irapuato; guayabas rozagantes que no se consiguen en Aguascalientes; descomunales langostas caribeñas que no se consiguen en Quintana Roo (bueno, en la zona hotelera de Cancún sí, pero ese es territorio extranjero); presupuestos y diputaciones que no se consiguen en ningún otro ámbito del territorio nacional... etc., etc.

Por otra parte y para tener contentos a los tenochca todo lo subsidian: el transporte más cómodo y rápido a solo un vil pesito con el que se pueden pasear 300 kilómetros (aunque sea como topos bajo tierra y sin paisaje) mientras que en provincia un camión destartalado nos cobra cuatro pesos por unas cuantas cuadras; en las colonias proletarias viven en chozas de cartón, pero todos tienen televisión a color aunque no conozcan lo que es un contador de la luz porque son alambristas[7],  etc., etc.

¿Y de dónde sale toda esa riqueza? ¡Pues de las tribus oprimidas! De los tributos que los Chichimeca, los Tzapoteca, los Purépecha, los Totonaca, los Maya, los Seri, los Huicholli, los Caxcani, los Tepehua, los Tecuexe, etc., entregamos al Imperio Azteca desde hace más de seiscientos años.

¿Pues de dónde creéis vosotros que salen la luz, la gasolina y el oro que derrochan los Azteca? Pues de los sistemas hidroeléctricos, de las zonas petroleras y de las minas que no están en Tenochtitlan, donde acabaron no solo con el sagrado lago fundacional que les daba de comer sino con todos los circundantes, para construir multifamiliares en los que se reproducen como conejos. ¿Y de qué se alimentan si no es gracias a lo que producen los campesinos de todas las tribus subyugadas?

¿De dónde creéis que salen los niveles 56 de tantos mofletudos “asesores”?[8] ¿De dónde salen? Pues de los miles de niveles 10 que no se nos cubren en los territorios coloniales.[9]

Allá, sentadotes en sus elegantísimos despachos[10] están los genios. En cambio acá, donde todo lo producimos, estamos los tameme. Bueno: con excepción de los tetecutin, más conocidos por los españoles como tehúles que, por ser los afortunados agentes del Imperio, al igual que los procónsules romanos[11] viven como príncipes sangrando al pueblo, ya se llamen “científicos” del porfiriato o “tecnócratas” del salinato (cuya primera etapa se conoció con el apelativo secundario de De la Madrato) o sea, la aristocracia pulquera vigente hasta la fecha. 

¿Y qué es lo que tenemos que hacer para acabar con esta situación?

¡Pues una nueva pero verdadera Revolución con Independencia, correligionarios! Pero no tan esotérica como la de 1810 contra la lejana España: ¡la lucha será contra el Imperio Azteca!

Y cuidémonos de volver a cometer el mismo error que cometieron nuestros hermanos Tlaxcaltecatl hace cinco siglos: pues si por vencer a los Tenochca ayudamos a los gringos, éstos -carentes de abolengo- serían muy capaces de abandonar Washington y sentar sus reales en el Templo Mayor, ombligo del mundo, y no nos los quitaríamos de encima en otros quinientos años.

Estrategia

¿Que cuál será nuestra estrategia?

Muy simple, camaradas: Nuestra arma secreta será la de no entregarles un solo tributo a partir de  la noche del Domingo 17 de Octubre del año de gracia 2,010 -entre el 15 de Septiembre y el 20 de Noviembre- con la ventaja de que esta fecha -que a partir de hoy debéis conservar con toda claridad en vuestra memoria- está disponible en el calendario cívico para incrementar aunque solo sea en un día los descansos con pachanga que tan gratos son a nuestra convicción patriótica.

Y como en cuestión de abstencionismo siempre somos mayoría, hay que hacerlo con la misma convicción con la que no votamos. ¡Ya ganamos!

Así, hostigándolos con el látigo de nuestra displicencia en muy poco tiempo obtendremos su capitulación, pues ningún aborigen despistado encontrará atractivos para emigrar a la Gran Tenochtitlan y los Azteca, muertos de hambre, para poder sobrevivir tendrán que volver a cazar serpientes, alacranes y demás alimañas en las residencias presidenciales del Pedregal, Los Pinos, etc., ya que, como antes decíamos, hasta con los lagos acabaron.

Y no solo eso: también acabaron con el Lerma, se están acabando el Cutzamala y pronto van a querer entubar el río Papaloapan, el Usumacinta y hasta el cenote sagrado de Chichén Itzá. ¡Debemos impedir que acaben con el país!

PROCLAMA  

Así pues, camaradas precursores de la Revolundencia de México del 17 de Octubre del año 2,010, proclamamos lo antes dicho en la antigua y señorial San Juan del Río, Querétaro -entre Dolores Hidalgo y Puebla- siendo las veintidós horas del día diecisiete de Octubre de mil novecientos noventa, en este solemne pronunciamiento que firmamos con sangrita y que será conocido por la posteridad como

El Plan de “También en San Juan hace aire”.

Todos a coro: ¡Viva la Revolundencia! ¡Viva la Revolundencia! ¡Viva la Revolundencia!

En pleno ejercicio de la libertad que les confiere la democracia dirigida y al grito de “le cae al que se raje”, no tuvieron de otra mas que firmar de conformidad.

Da fe, el escribano: (Firma ilegible)

Nota final:

La selecta asamblea de insurrectos otorgó los grados necesarios -desde el de generalísimo hasta el de aguador- en los que se incluyó a la totalidad de mujeres asistentes, a quienes se les asignó la responsabilidad de organizar no al sector popular, pero sí al popular sector de las adelitas,  

- o O o -

Nota del autor: como ya vimos, la fecha plasmada en este visionario documento fue de 1,990. El escaso tiempo histórico disponible y poderosas razones precautorias, impidieron darlo a conocer públicamente hasta diez años después desde un lugar no revelado, lo cual se hizo mediante un panfleto, uno de cuyos ejemplares sirvió para envolver el atole que compra el CISEN, lugar donde uno de los espías de Tlacuilo consiguió una copia de contrabando.

Cabe mencionar que los padres de la nueva patria consideraron pertinente agregar un comentario actualizado al año 2,000 para orientar a la ciudadanía inconforme, con el propósito de animarla a incorporarse al movimiento:

Primera llamada

Después del famoso antipronóstico de “¡Ya nos saquearon, no nos volverán a saquear!” lanzado por José López Portillo en su lacrimógeno último informe de 1982, la Patria ha sufrido otros saqueos muchísimo más grandes que los que soportamos en su frívolo sexenio.

Tratando de pagar sus compromisos con sus protectores imperiales, el actual titular del Salinato en su tercera etapa: el Foxato, que suena y sabe a purga, no solo anunció desde su campaña el saqueo total de nuestra riqueza energética -ya de por sí disminuida por las ratas intra y extragubernamentales- sino que continúa con la apresurada privatización-entrega de las empresas nacionales que quedaban, ejerciendo sobre el pueblo una presión que continuará aumentando progresivamente en la misma forma que ocurrió hace un siglo, razón por la que los conjurados no solo confirman lo expresado hace diez años en la “Declaración de Revolundencia”, sino que expiden el siguiente:

Bando solemne

Siendo las cero horas del Martes diecisiete de Octubre del año de gracia dos mil (nuevo milenio) se previene a toda la población que el Sábado primero de Julio del año dos mil seis, al cumplirse el centenario del pronunciamiento hecho por el anarquista Ricardo Flores Magón -precursor de la Revolución Mexicana- con el nombre de “Programa Político del Partido Liberal Mexicano”, este Consejo Supremo lanzará la proclama que llevará por título:

Programa político del Partido Antineoliberal Mexicano

que contendrá  las instrucciones que deberán seguir todos los ciudadanos a partir del Domingo diecisiete de Octubre del año dos mil diez, fecha en que entrará en vigor la suspensión del pago de tributos al Imperio Azteca.

De su fiel observancia, de la cual no dudamos puesto que ya nadie quiere contribuir al pago de deudas acumuladas por ratas de cuello blanco -Fobaproa al canto- dependerá el éxito de nuestra patriótica empresa.

“Salud y Revolundencia Social”

Dá fé, el mismo escribano. (Firma ilegible)

Para quienes hayan leído el capítulo anterior, seguramente habrá parecido extraño que no hubiera referencia a los acontecimientos posteriores al año 2,000. Para aclarar esa aparente omisión presentamos los siguientes:

Comentarios finales

Los espías de Tlacuilo estuvieron muy al pendiente de la llegada del Sábado 1º de Julio del 2,006 en que se cumplió el oficialmente ignorado centenario de la promulgación del “Programa Político del Partido Liberal Mexicano”, esperando ver pegada en las esquinas la proclama con el Programa Político para la fundación del “Partido Antineoliberal Mexicano” anunciado en el bando solemne del 2,000 pero por más que buscaron nada encontraron.

También llegó el mes pasado el anhelado 17 de Octubre del 2,010 en que se declararía la suspensión del pago de tributos al Imperio Azteca, sin que los padres de la Revolundencia dijeran ni pío.

La verdad es que los espías de Tlacuilo perdieron la pista de los sublevados desde que en el año 2,000 el CISEN se encriptó totalmente, cuando los que envolvían el atole y los tamales en proclamas políticas resultaron purgados.

Reaparecen los insurrectos

Lamentando estaban su ineficiencia por haber perdido la oportunidad de hacer historia, cuando el día de muertos llegó a las oficinas de Tlacuilo un mensaje del extranjero que decía así:

“Estimados amigos:

“Con pena vemos que ustedes sí se acordaron de la proclama que hicimos hace veinte años, dejando al descubierto, con su publicación, el incumplimiento de nuestras promesas.

“Lo que pasa es que cuando ya teníamos preparados los afiches y el engrudo para pegarlos en las esquinas en la noche del día 30 de Junio del 2,006 nos cayó la Judicial y nos dio a escoger entre unas vacaciones en San Juan de Ulúa o maicearnos con una aduana en la frontera.

“Aunque hubiéramos considerado un honor haber estado en la misma mazmorra donde don Porfirio mandó hospedar a Ricardo Flores Magón, preferimos elegir la aduana donde estuvimos dos años ahorrando para la causa; pero encontrándonos a dos fuegos entre el terrorismo de estado y la respuesta del narco nos vimos obligados a pedir asilo en Canadá, desdeñando el contrato de subrogación que nos había ofrecido el gobierno para lustrar las calaveras de los próceres de la independencia para la celebración del bicentenario.

“Y aquí estamos impartiendo conferencias y especulando sobre nuevas teorías revolucionarias. Una de las conclusiones a que llegamos es que no valía la pena lanzarnos a un movimiento armado, pues si con el de 1,810 aparecieron los traidores y los pobres aumentaron y con el de 1,910 estuvo peor, es mejor no hacer olas porque con otra bola los traidores y los pobres se multiplicarían en otro siglo.

“Por otra parte, comparando al porfiriato con el salinato, era preferible el primero. Vea usted si no:

“En sus aspectos negativos, el porfiriato era violento y represivo pero por lo menos no presumía: en cambio el salinato se ufana de que cada año espera que haya más mexicanos muertos después de los 30 mil que van solo en lo que lleva su etapa calderoniana; el porfiriato inventó el maiceo, pero el salinato lo ha llevado a niveles de excelencia. El porfiriato entregó miles de kilómetros cuadrados a las compañías extranjeras, pero el salinato (1982-2012) les entregó casi todo el territorio mexicano con los minerales e hicrocarburos del subsuelo, incluyendo el Golfo de México.

“Y en sus aspectos positivos el porfiriato no solo es superior al salinato panista, sino también al salinato priísta; a don Porfirio nadie se le salió del huacal, lo que le garantizó una dictadura consolidada; en cambio el salinato hace agua por todas partes. El porfiriato fue admirado hasta por los europeos porque le dio a México, por primera vez, una economía sólida, sin deudas, al grado de que el peso de plata “0.720”, que todavía circulaba en Asia, se utilizaba para transacciones comerciales internacionales, razón por la cual se le llamaba “peso fuerte”; había un sistema social injusto, pero con el inicio de la construcción de presas la agricultura de las haciendas se hizo próspera y los alimentos producidos sin paparruchas genéticas eran tan abundantes que nos hizo exportadores, transportando las cosechas a los puertos en el sistema de ferrocarriles iniciado por Maximiliano y continuado por Benito Juárez, fundando finalmente don Porfirio la gran empresa Ferrocarriles Nacionales de México, base del primer desarrollo capitalista del país (regalada un siglo después a los gringos por el salinato zedillista).

“En el aspecto educativo, el porfiriato se mantuvo firme como liberal, positivista y laico; y aunque se opuso a la educación popular, al final cedió al grado de que financió la creación de la Universidad Nacional de México que inauguró formalmente en 1910, cosa que nadie se atrevió a reconocerle en forma explícita ahora que se celebró el centenario de su fundación.

“En el porfiriato se realizó el primer esfuerzo por forjar una consciencia nacionalista de la que carecía la población, entre otros medios con el de la estatuaria a la que contribuyó el escultor aguascalentense laureado en Francia Jesús Contreras, en la que además se hizo público reconocimiento a la valiosa raíz prehispánica de la Nación; sus obras adornan todavía muchos jardines y avenidas en todo el país, incluyendo el paseo de la Reforma; otros grandes nacionalistas mexicanos se iniciaron en el arte gracias al apoyo del porfiriato, como Saturnino Herrán, el Doctor Atl, Diego Rivera, etc. En cambio, el salinato neoliberal reniega del nacionalismo y reduce cada vez más el presupuesto destinado a educación y cultura.

“En cuanto a defensa de la soberanía, don Porfirio fue declarado héroe nacional por el hecho de vencer al “invencible” ejército francés en la famosa batalla del 2 de Abril; no fue tan firme contra los gringos, pero rechazó su “doctrina” Monroe[12] y acuñó la famosa frase “pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”; en cambio el salinato, que parece un piolín con cachucha, no es héroe ni de los boy scouts; y no solo no defiende nuestra soberanía, sino que la ha vendido al imperio por un plato de lentejas; si no pregúntele a los ínclitos Jesús Reyes Heroles jr., Jorge Castañeda jr. y otros juniors que andan por ahí, o entérese del espuribunker de Felipe con sus juguetes tecnológicos de la serie televisiva de espionaje “24” con el superagente Jack Bauer.

“Mediten ustedes sobre todo esto y verán que si hubiera la posibilidad de enfrentar a ambas tiranías en elecciones, ganaría de calle el porfiriato.”

“Agradeceremos a ustedes darle difusión a esta misiva, esperando encontrar la comprensión del pueblo por alimentar esperanzas de libertad y justicia que por ahora consideramos más lejanas mientras más se luche por ellas con las armas en la mano. Hay que encontrar una forma inteligente de lidiar, pues el pueblo ya no se traga el cuento de hacerla de carne de cañón.

“A este respecto queremos gritar que viva la futura Organización de Estados Latinoamericanos, ya que ni México ni cualquier otro país de América Latina será verdaderamente libre por sí solo, en tanto no se integren y se organicen para luchar por su liberación conjunta.

“Sinceramente suyos,”

(Siguen trece firmas ilegibles). 

- o O o - 

Agotado el material, a Tlacuilo solo le resta desear haber contribuido exitosamente a la parte bicentenaria del sainete[13] conmemorativo, o sea nuestra supuesta independencia política (puesto que pasamos de depender de Madrid a depender de Washington, imperio al que seguimos perteneciendo hasta la fecha por medio de su “ministerio de colonias” que es la OEA, excepción hecha de Cuba); todavía falta la parte centenaria que amenaza con ser una verdadera farsa:[14] la “revolucionaria”, o sea nuestra supuesta independencia económica y supuesta plena conquista de nuestra supuesta soberanía (puesto que en el aspecto económico pasamos de depender de Washington a depender del imperialismo o capitalismo internacional, también conocido como neoliberal globalizado), ya que del sesquicentenario o siglo y medio de la Reforma, nuestra supuesta independencia ideológica -del Vaticano- que se cumplirá la semana próxima, solo la mitra se acuerda pero nada dice (para que nadie se dé cuenta de que en ese terreno seguimos dependiendo de ese otro imperio) y los gobernantes panistas -choznos de Santa Anna- que de perspicaces no pecan, tampoco; en esa farsa de mañana, pues, ya no participará Tlacuilo, pero será divertido ver a un panista conservador y neoliberal o a un priísta conservador y neoliberal, pretendiendo honrar la memoria de Emiliano Zapata o de Francisco Villa, revolucionarios que aterrorizaron a sus abuelos.

(Fin de la serie) 

Querido amigo Máximo: espero que haya sido de tu agrado. En todo caso, al igual que todos los lectores, puedes agregar, quitar o corregir lo que gustes.

Referencias:

[1] “Comparecencia de pesadilla para Lujambio; lo llaman secretario nini”. La Jornada, 22 de Octubre 2010.

[2] Nótese el lenguaje técnico administrativo que se empezó a poner en boga en la administración pública en los años cincuenta.

[3] El término ganó por aclamación al de Plan de San Juan -del Río- y al de “Indepención”, también propuestos en sesudas y acaloradas discusiones.

[4] Contradictorios porque mientras más crecen en número más disminuido tienen el cerebro, como lo demuestra el caricaturesco Tlacatecuhtli actual.

[5] Desnaturalizados son los (ex)naturales provincianos que emigran a la capital más contaminada del mundo -atraídos por el espejismo del mexican dream- perdiendo su contacto con la Naturaleza, para naturalizarse chilangos viviendo en casas chatarra, vistiendo prendas chatarra y, en fin, comiendo alimentos chatarra enlatados (en los contenedores).    

[6] “Las doctrinas Monroe y Drago” Isidro Fabela. UNAM ENCPS, México, 1957, pág. 186-187.

[7] “situación o acontecimiento grotesco o ridículo y a veces tragicómico” Acepción 9. Diccionario de la lengua española.

[8] “enredo, trama o tramoya para aparentar y engañar” Acepción 4. Id.

[9] Sus colonias parecen verdaderos nidos de araña por los millares de alambres con que se cuelgan de contrabando de la red eléctrica.

[10] “Haces ora esto, haces ora l’otro, pero como cada vez que haces la riegas, mejor haces ora nada” ¡pero cómo cobran los muy...!

 

[11] Nótese la redacción tipo IMSS en conclusiones de seminario nacional en pleno Salinato, cuando García Sainz hacía inútiles esfuerzos por entenderse con el tecnócrata.

[12] Cual damnificados post huracán.

[13] Léase delegados, gobernadores, diputados, senadores, representantes sindicales “nacionales”, etc. 

[14] “Elecciones federales de México de 1988”. Wikipedia.

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.J

netz_mx@yahoo.com.mx

La Jornada (Aguascalientes, México)
entregas semanales desde el 15 de octubre al 19 de noviembre del 2010

Autorizado, para Letras-Uruguay, por el autor

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