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Ceremonia Fúnebre para Jesús Terán
por Netzahualcóyotl Aguilera R. E.
tlacuilo.netz@yahoo.com

 

C

on el propósito de honrar la memoria de uno de los políticos y diplomáticos más trascendentes de México y el más grande de todos los nacidos en nuestra patria chica, la Sociedad Aguascalentense de Geografía y Estadística, la Muy Respetable Gran Logia del Estado de Aguascalientes y el Foro Constitucional Jesús Terán, invitan a usted y a toda la ciudadanía a participar en la ceremonia fúnebre que se llevará a cabo el próximo Jueves 25 de Abril a las 10 de la mañana en el Panteón de La Salud, ubicado en la avenida Héroe de Nacozari frente al hotel La Noria.

Fue precisamente el día de San Marcos de 1866 cuando murió Jesús Terán en París, en pleno cumplimiento de la Misión Diplomática Confidencial encomendada por Benito Juárez para encauzar la opinión de los pueblos y gobiernos europeos en contra de la rapaz invasión militar tramada por Napoleón III, para imponer en México a su medio hermano[1] Maximiliano -Archiduque de Austria- al frente de un imperio fraudulento, en su afán de cumplir el sueño de su abuelo Napoleón I de apoderarse de América Latina, sumándola a sus colonias en otros continentes para convertir a Francia en la primera potencia mundial.

 

Pero Napoleón III, engañado por los conservadores que le hicieron creer que las fuerzas francesas serían recibidas por el pueblo con los brazos abiertos, se encontró con la sorpresa de que en su festiva marcha triunfal de Veracruz a la ciudad de México, en lugar de bienvenida, aquel orgulloso y elegante ejército del poderoso imperio napoleónico sufrió una vergonzosa derrota el 5 de Mayo de 1862 en la Batalla de Puebla, a manos de una desconocida tropa de mexicanos comandada por el General Ignacio Zaragoza que, además de hacerse mundialmente famosa de la noche a la mañana, permitió al gobierno de Juárez preparar la retirada estratégica de la ciudad de México previendo un enfrentamiento prolongado.

 

En efecto, herido en su amor propio, Napoleón III sumó a los 5,000 efectivos originales un contingente de 30,000 que en el transcurso de cuatro años llegó a un total de 71,500 hombres.[2]

 

Estimulados por aquel triunfo inicial, los mexicanos iniciaron una guerra de guerrillas que no dio tregua a los franceses. Así fue como, aparte de la crisis económica que de por sí ya padecía el país por sus luchas intestinas entre conservadores y liberales, esta desesperada guerra contra la invasión extranjera dejó exhausta y desangrada a la Nación.

 

Benito Juárez, sabiendo que una de las consecuencias de esa crisis era el desmantelamiento del cuerpo diplomático, resolvió encomendar a Jesús Terán la tarea que ya hemos comentado en otras entregas, de suplir la falta de embajadores en Europa.

 

El esfuerzo sobrehumano que realizó Terán -sobre todo considerando su precaria salud- viajando constantemente y entrevistándose con los más altos funcionarios de las potencias, impartiendo conferencias ante políticos, intelectuales y ciudadanos en general, publicando quincenalmente la Revista de América que distribuía en todo el continente, y además estudiando la historia política mundial, obteniendo información confidencial a través de los valiosos contactos que tenía en todos los gobiernos y analizándolo todo para incidir en los puntos neurálgicos que pudieran ser favorables para la preservación de nuestra soberanía, todo ese esfuerzo sobrehumano lo llevó a la tumba.

 

Sin embargo, murió convencido de que su esfuerzo no había sido en vano, pues en Enero de 1966, tres meses antes de exhalar el último suspiro, notificó a Juárez que el imperio francés había tomado la decisión de retirar sus tropas de México en dos años más,[3] obligado por la crisis económica que también ellos estaban padeciendo con tanto gasto inútil porque en tanto tiempo no habían logrado controlar nuestro territorio, así como por la inevitable guerra en que se enfrascaría para apoyar a Austria contra Prusia, misma que sería su ruina y de la cual surgiría poderoso el imperio alemán y su II Reich, gracias al genio político y militar de Bismark.

 

Seamos dignos herederos de este héroe de la razón que luchó solo, murió solo y triunfó solo en Europa, honrando su memoria en esta ceremonia que la ciudadanía organiza por primera vez en el aniversario de su fallecimiento desde que -en 1992- sus restos fueran depositados en su tierra natal, para decirle que quienes nutrimos nuestro amor a México en el ejemplo que nos legó pero no se ganó de una vez y para siempre, nos reconocemos y unimos para convertir en colectivo el esfuerzo por conquistar, diariamente, el derecho a tener Patria y Libertad.

Notas:
 

[1] Jesús Terán. Ensayo Biográfico. Arturo Pani. Ed. privada. México, 1949 p. 73.

[2] Segunda intervención francesa en México. Wikipedia.

[3] La Misión Confidencial de Jesús Terán en Europa. Compilación de Gabriel Saldívar y Silva. Secretaría de Relaciones Exteriores. 1943.

 

Netzahualcóyotl Aguilera R. E.J

La Jornada (Aguascalientes, México)
Viernes 19 de abril 2013 

Autorizado, para Letras-Uruguay, por el autor

 

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