¿Quién no recuerda a Amado Nervo?
Delfina Acosta

Nuestras abuelas recitaban sus poesías. Era, Amado Nervo, un hombre de letras, que cimentó su fama poética a través de su poemario La amada inmóvil. En ese libro volcó todo el amor que le inspiró Ana Cecilia Luisa Dailliez.

“¡Atrás, atrás!”, dicen los poetas de ahora, espantando su nombre. “Ya pasó de moda”, repiten quienes se entretienen hablando ingratitudes de los precursores de la poesía. Pues para mí, pasados de moda están los vates actuales, cuyo decir no entiendo, y cuyos enredados versos me suenan a franca torpeza.
Busque el lector “noticias” sobre el genial poeta mexicano. Sepa que era amigo de Rubén Darío. Recuerde que inspiró los más bellos propósitos de la poesía que habría de recorrer los salones de distintos países de América. Aprenda que creó un movimiento literario en el continente americano. Ah... Amado Nervo (1870 - 1919) escribió una poesía famosa cuyos primeros versos empiezan así:

Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul!
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza
de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul...!

 

Delfina Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, Domingo 27 de mayo de 2007

ABC COLOR

 

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