Nelson Roura, por siempre
Delfina Acosta

Ha sido el vate Nelson Roura uno de los mejores poetas de la generación del sesenta. Fue director de la revista Péndulo. Nació en 1945. Falleció a los 24 años. Murió joven.

Publicó un poemario titulado Poemas ¿Dónde encontrarlo ahora? Pues en sus obras, que son fieles testigos suyos, ciertamente. Nenúfar del silencio apareció póstumamente y merece una reedición porque hay una constelación de estrellas en sus versos. Su desbordante cosecha nos entrega una poesía completa, de hondura filosófica, organizada en torno a la armonía y al pensamiento concebido en su máxima elevación. Su concepto de la poesía era maduro; extraordinario, se diría.

Me confiesa un amigo, quien ha tenido la amabilidad de acercarme buena parte del material literario de Nelson Roura, que la policía de la era stronista se llevó muchas obras suyas. ¿Por qué secuestrar las luces del alba, las estrellas de la noche, los versos en los que las rosas del atardecer balanceaban su hermosura y su donaire? Tiene la palabra de Nelson Roura una altura y una fuerza involucradas enteramente con todo cuanto hace de la poesía una genuina obra de arte.

Su hermana lo recuerda pensativo, callado; de cuando en cuando triste. Y así son los poetas, o casi todos los poetas, yo me digo. Abastecido de palabras, él nos entregó un alma donde todo es silencio de oro y voz rotunda al mismo tiempo. De frases profundas, de decir las cosas que suele decir un corazón ensimismado, Roura se hizo a la medida de un oficio destinado a lectores exquisitos y cultos. Hay poetas comprometidos solamente con lo íntimo.

Ese no fue caso; inquieto siempre, supo entender la razón de un pueblo acuciado por la dictadura y se comprometió con ese pueblo. Dice José Neistein, en el prólogo del libro Nenúfar del silencio: “Pero es como poeta lírico que Nelson Roura alcanza su apogeo. Él amó el amor y lo definió como superior enfoque, claridad y simplicidad: ‘El ancho mar separa el amor del deseo’. Su lírica conoció momentos de ternura y de delicadeza como vuelos de inspiración mística. ‘Eres pura y preciosa como la ley de Dios’. Dentro de la lírica del poeta hay un sentido de inquietud, sentido dialéctico de la existencia como combate a la inercia, al inconformismo, perenne en el hombre creador. ‘Y traigo en mis manos una paz que es la guerra’”.

FLOR

EL LOTO PÁLIDO de tus mejillas humilla
a la rosa blanca amor amor.
La bella tarde cruel
besa al lirio del poniente
y se oscurece tu mirada.
Me quemo y me quemo,
pero en tu altar no comienza
la flor pensativa.

CLAVEL

CLAVEL de ti,
tus rosas,
agreste campo en que el
pequeño
saurio corría,
agreste campo;
aleluya de la mañana
y gracias
a la tarde.
Tus rosas tempranas
y claveles de mediodía.

Nelson Roura

Delfina Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, Domingo 31 de Diciembre de 2006

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