Máscara de neurastenia

Delfina Acosta

Terrible oficio disponer de modo 
correcto la tristeza que me quema. 
Podría haber escrito que sostengo 
gigante frustración con estos párpados, 
y sin embargo digo que me aflige  
el óxido febril de la acrotera, 
que muerta de vergüenza pido sombra 
en tanto desabrocho mis corpiños 
y digo sin embargo que mi cuerpo 
es lámpara incesante de deseo.  
Podría haber escrito que esta airosa 
premonición de muerte prematura, 
es sólo neurastenia, pero insisto 
cerrar los versos en su propia ley 
e invento un mar y la debida pena.

Delfina Acosta
Del libro Todas las voces, mujer...

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