Histórico libro de Antonio Salum Flecha 
Lo público y lo privado de la Guerra Grande

Delfina Acosta

"Facetas públicas y privadas en la Guerra de la Triple Alianza” es el nombre del voluminoso libro escrito por Antonio Salum Flecha, y editado por Intercontinental Editora.

Este es un material histórico de lectura apasionante, que revela, en detalles, todo cuanto se desea saber sobre la guerra de la triple alianza. Entrar en el terreno de la historia con el fin de publicar un libro, precisa del autor un enorme despliegue físico e investigador. Y aun así, tantas veces, se cae en la equivocación, pues la historia de las guerras, contada por un ser humano, es terreno fértil para las controversias y la polémica que se suscitan después de su publicación.
Se observa en el escritor Antonio Salum Flecha, la voluntad de hacer bien las cosas. Él investiga en los libros, busca afanosamente la exactitud, que parece ser su norte, y se dispone a transcribir lo leído en los materiales de archivo, con espíritu fiel a la realidad.

 

La fantasía

Pero también fantasea, como es lógico, para armar esta historia novelada, que se halla dividida en dos partes. La primera es el reflejo de sus investigaciones, y lleva el nombre de “Una cita con el destino”. La segunda, llamada “La fuerza del amor durante la guerra”, es fiel a los episodios bélicos cronológicamente descriptos, aunque la trama romántica protagonizada por Francisco Solano López y Elisa Alicia Lynch, responde a la inspiración del autor.

Curupayty, sentimientos y sufrimientos

Cito: “Todos los intentos de poner pie en las trincheras de Curupayty habían resultado estériles y costosísimos”. El general José Eduvigis Díaz, el héroe de la jornada, fue homenajeado con un gran banquete. Cito: “Participaron del mismo, a más de los jefes superiores del Ejército, Elisa Lynch y el obispo Palacios. El Mariscal hizo el elogio correspondiente con estas palabras: "Vuestro nombre, General, no morirá: vivirá eternamente en el corazón de vuestros conciudadanos”.

No es una primicia, pero vale la pena mencionar que el Comandante Paulino Alen, intérprete fiel de los sentimientos patrióticos del Mariscal, recibe de parte de Madame Lynch, la admiración por saber colocar en segundo lugar su amor por ella. En la pluma del escritor Madame Lynch se expresa así: “Lo sé, comandante Alen, por lealtad al Mariscal López y por el afecto que también él siente hacia usted. Por eso precisamente mi gratitud, ya que cuando me sentía agraviada, aislada o abandonada, no hubiera tenido la fuerza suficiente para resistir una palabra suya, pues aunque amo entrañablemente a su Mariscal, una mujer resentida no puede ser insensible a sus sentimientos y a su ternura”.

El comandante Paulino Alen, cuando la guerra se intensifica, y comprende, desesperado, que sus soldados están destinados a morir de hambre, decide autoeliminarse, aunque no lo consigue. Lo reemplaza, por orden del Mariscal, el coronel Martínez. Tiempo después, Martínez capitula en Isla Poí, contraviniendo las órdenes de resistir hasta el último momento. A partir de entonces, Juliana Ynsfrán, esposa del coronel, es motivo de sospecha para el Mariscal, pues, piensa él, que como esposa, algo debía de saber de los planes de claudicación de su marido. Juliana Ynsfrán es llevada a San Fernando, lugar donde sangró la época más trágica de la guerra. Sobre tan triste y castigada mujer, el capitán Matías Goiburú testifica que “... al retirarse el ejército de San Fernando, la referida señora fue conducida a pie, marchando día y noche a la par de muchísimos otros reos y desgraciados, que venían bajo custodia, arreados como animales y con orden expresa de lancear y bayonetear a todo aquel que se cansara”.


La personalidad del Mariscal López

Resulta muy interesante lo que escribe Salum Flecha en la página 471, ocupándose de la particular manera de ser del polémico Mariscal López. Yo aún me hago esta pregunta: ¿Por qué la gente lo seguía sabiendo que iba a una muerte segura?

Cito: “Elisa Lynch sabía muy bien que para Francisco Solano López lo más importante era ocuparse de los sufrimientos del pueblo, no así de la suerte de un individuo en particular. Por eso lo comprendía el pueblo y las masas populares se alzaban y lo seguían abnegadamente hasta el sacrificio supremo. En cambio, los que desertaron y descarriaron pagaron con sus vidas en San Fernando o Itá Ybaté, donde le acosaban con igual intensidad los males físicos que padecía por efecto de su mala dentadura, produciéndole intensos dolores que le obligaban a enjuagarse la boca con coñac que luego escupía. Y como si eso no fuese bastante para un hombre que no tenía tiempo para ocuparse de sus propios dolores físicos, sufría alternativamente también ataques de profunda melancolía y accesos de fervor religioso”.

En cuanto a Elisa Lynch, se sabe que debía compartir su marido con Juana Pesoa, aunque ella estaba, por su carácter fuerte y su inteligencia, en un “rango superior”, por así decirlo.


Junto al poeta Alfred de Musset

Salum Flecha entra en detalles más que minuciosos al transcribir la lista de las joyas que Madame Lynch, como otras señoras, ofrecen para “solventar” los gastos cada vez más elevados de la guerra.

Tremendo disparate fue la guerra para muchos historiadores. Un acto heroico del pueblo que seguía hasta el fin de sus días al Mariscal, son las palabras de otros. La realidad es que la guerra dejó al Paraguay sumergido en la despoblación y en la miseria.

Los restos mortales de Madame Lynch, fallecida el 24 de junio de 1886, por carencia de medios en un difícil episodio de dolor y de miseria, fueron transportados por los funcionarios de la comuna parisina a una tumba vulgar, con un epitafio que dice lo siguiente: “Aquí descansan los muertos desconocidos”. La extranjera, la concubina, la madre de los hijos del Mariscal López, tenía cincuenta y un años cuando le llegó la muerte, y sus restos fueron a dar junto a los huesos de los “cualquiera”. Pero ahí no acaba la historia. Cito: “Pronto, sin embargo, sus hijos le construyeron un magnífico sepulcro en el cementerio de Pére -Lachaise, cerca de la tumba de Alfred de Musset, el poeta que más admiró en vida, rindiéndole un postrer pero emotivo homenaje. Y la patria del mariscal Francisco Solano López, no tardó en reivindicar la memoria de ambos. El primero reposa actualmente en el Panteón Nacional de los Héroes de Asunción y Elisa en un regio panteón en el Cementerio de la Recoleta, erigido por el Gobierno, Pueblo y Fuerzas Armadas de la Nación en 1970”.

Salum Flecha cierra su libro con este razonamiento: “Lo más importante, sin embargo, es que, con abstracción del tiempo y del espacio, estarán ya por siempre en el corazón y la mente de los paraguayos”.

Es probable que tenga razón.

El otro hombre

No se puede dejar de recordar la memoria del General José Eduvigis Díaz, héroe de la batalla de Curupayty.

Cito: “A las cuatro de aquella tarde primaveral, el trompa Cándido Silva, que se mantuvo cerca del general Díaz durante toda la batalla, anunció con un toque de clarín la certeza de la victoria ante el repliegue definitivo del enemigo que se retiraba en desorden”.

Escribe Antonio Salum Flecha:
El 7 de febrero, se extinguía la vida del intrépido general Díaz. Momentos antes, como ya tenía la certeza del viaje sin retorno a emprender, ordenó a su ordenanza Cuatí que le cambiase de ropas y le pusiese su uniforme de General. Ordenó también que la pierna embalsamada conservada en una caja le fuese colocada como la tenía antes, calzada con bota, para ser depositado con las dos piernas en el cajón fúnebre.

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Corre por mi cuenta: Haber perdido a un jefe con la jerarquía y la moral del General Díaz, fue un golpe fuerte para el Mariscal, el pesar se disipó cuando supo que las damas de la alta sociedad asuncena, se desprendieron de sus joyas y de sus alhajas en pro de la defensa nacional...


Breve reseña de A. Salum Flecha

Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, es diplomático, político, periodista, escritor y docente universitario. “Facetas Públicas y Privadas en la Guerra de la Triple Alianza”, es su primera historia novelada que Intercontinental Editora presenta a la opinión pública nacional e internacional, fundamentalmente de los países del MERCOSUR, aunque también involucra a los Estados Unidos de América, Francia y Gran Bretaña.

Delfina Acosta
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