Al entrar en las páginas del libro póstumo editado por Taí Editora en red No una palabra, uno toma nota de cuánta conciencia y sensibilidad iluminaron a Hermes Giménez Espinoza. Son sus poemas, recogidos en esta antología, de mucha plenitud amorosa y de observación detallada de un tiempo nefasto que tocó vivir a miles de paraguayos durante la dictadura militar. Sus versos tienen un no sé qué de ironía ante la muerte que lo andaba cercando, presionando en los últimos tiempos de su paso por el mundo. En la puntillosa biografía presentada en el material literario ahora comentado se lee que estaba aquejado de un cáncer de etiología poco conocida que supo sobrellevar durante quince años. Apasionado por el teatro, por el amor, por las novelas, por la poesía, por los proyectos y planes casi heroicos (la enfermedad quería tumbarlo y él no se quería dar por vencido), Hermes ocupa un lugar muy valioso dentro de quienes tuvimos la fortuna de conocerlo.
