Fiesta

Delfina Acosta

De golpe una vigilia la aparta de mi lado 
y un azul la devuelve con su luz recobrada. 
¿De dónde vino? 
¿Cuándo he dejado las puertas entreabiertas 
que la tengo de pronto en mis faldas sentada? 
¡Y es que se anticipa en cada fiesta ella! 
Flameante, resuelta, 
me anima desde el fondo del ropero, desnuda: 
pruébate el celeste, 
pruébate el rosado, 
el de antriscos ardientes cruzándole las palmas, 
y hay en su mirada, en su boca pequeña, 
el acecho constante de un lagarto en las sombras. 
¡Y es que se abandona a baratijas, ella! 
¡Qué escándalo incesante de anillos y collares  
cuando avanza vidente, en las sombras, su mano! 
Pero luego me cerca, 
pero luego se atreve a agitar mi abanico, 
a fingir un revuelo, un pudor todo chispas, 
si en mi escote entreabierto  
caben tanto atavío, 
tanta hiena aferrada. 
¡Dios, el secreto reniego de vivir siempre juntas!

Delfina Acosta
Del libro Todas las voces, mujer...

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