Christian Gadea Saguier 
Un libro misterioso
Delfina Acosta

Dijo quien sabía, o sea, Sócrates, “Sólo sé que no sé nada”. Sin embargo, esta frase no puede tener más que un momento de cabida en el pensamiento del hombre (animal de costumbre, según algunos, y animal político, según otros), pues las ideas buscan la verdad, o el reconocimiento, por lo menos, de la existencia de un conflicto en el mundo y su posterior solución. Leyendo el libro (muy bueno, ciertamente) de Christian Gadea Saguier, Los hijos de la luz, el lector se halla ante un autor y una obra que van tras la interpretación de la “Iluminación” en los masones.

Para Gadea Saguier, la divinidad y la resurrección de Jesús son pura fábula. Por un principio de inteligencia, duda mucho de la confiabilidad de la Biblia.

Partiendo del principio de que Cristo es algo así como un opio de la sociedad, y despojado, por ende, de todo prejuicio religioso, el autor de Los hijos de la luz entra en el terreno de la masonería medieval, la masonería moderna, los herméticos, los caballeros templarios y otras órdenes.

¿Quiénes son los hijos de la luz? Pues hay que leer el libro, señoras y señores, para introducirse en el enorme, vasto mundo de los conocimientos y las doctrinas expuestas en el texto, y acercarse a la verdad sobre los hijos de la luz. Citas y referencias de sitios de Internet, que Gadea Saguier nos propone en las muchas páginas del libro de marras, son de valiosa ayuda para una mejor comprensión del estudio crítico.

La horrible persecución

Con un hábil estilo narrativo, Christian nos cuenta que la Iglesia católica cometió atrocidades. No solamente los masones cayeron en la garras y en las persecuciones de los católicos, sino además los caballeros templarios, que inicialmente fueron llamados los pobres caballeros de Cristo. La orden de los caballeros fue fundada oficialmente en 1118; tenían los caballeros la misión de prestar defensa de los llamados Santos Lugares, que fueron después retornados a los sarracenos, hasta que en 1291, cayó el último bastión cristiano. Buscando una reconquista de los lugares santos, libres del pago de impuestos y debiendo sólo obediencia al Papa, los caballeros templarios, por esas cosas del fanatismo, la envidia y la incompatibilidad de pensamientos, fueron encarcelados y destinados a morir en la hoguera. Llama la atención la fuerza de voluntad y el estoicismo con que estos caballeros defendían sus ideas, o, si quiere, sus misterios, pues en esto de pensar, todo es muy misterioso, finalmente.

El Maestro

He aquí un hecho espeluznante: Un gran maestro, Jacobo de Molay, fue tostado lentamente en la Ile de la Cité, a la sombra de la Catedral de Notre Dame de París.

¿Qué significa Maestro? Maestro le llamaban los apóstoles a Jesús. Maestro es la persona que es práctica en una materia y la maneja con desenvoltura, según el diccionario. Llegar a ser maestro, en la orden de los masones, implica, poco más o menos lo siguiente: saber observar las virtudes que condecoran al ser humano sobre la faz de la Tierra y hacerlas observar.

Jesús era el encargado de cuidar de sus apóstoles y los reprendía cuando los hallaba en falta. La masonería “procura inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes. Tiende a extinguir los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias e intereses, uniendo a todos los hombres en bien de la humanidad. Impulsa a sus miembros a transformarse en elementos útiles para la sociedad”. Dicho en palabras más simples, la masonería busca, según mi versión, estar al servicio del bien propio y del bien social. Guardar estos conocimientos en tiempos pasados llevó a los masones a vivir en una suerte de clandestinidad.

Hiram, maestro de maestros, fue el masón enviado por el rey de Tiro para dirigir los trabajos del futuro Templo de Jerusalén. Hiram, según el estudio de Christian Gadea Saguier, estuvo muy ligado a la construcción del Templo; fue no sólo el artífice de una obra material, sino además el jefe, caudillo, líder o maestro de la genealogía iluminada de los masones. Murió asesinado Hiram. Así como Jesús fue crucificado. Esto nos habla de que llevar adelante una idea que cause pasiones en los hombres, o más abiertamente, en la humanidad, es motivo de apaleamientos, cepos, crucifixiones, puñaladas, destierros, traiciones, conspiraciones y fama.

Hermes, creador de la doctrina hermética, ha dejado otro legado: “Como arriba es abajo”. O sea: Lo que hay en la tierra tiene una correspondencia celestial.

Jesús, más inteligente que todos y, por eso, adorado en el mundo occidental y también oriental como Hijo de Dios, construyó la idea de la fe al trasladar la verdad en su persona.

“Yo soy el camino, la verdad y la vida...”, dijo, y con esas palabras cargó sobre sus espaldas el universo.

En fin, este libro nos lleva a pensar, como dijo Hamlet, por inspiración de Shakespeare, en estas rotundas frases: “Hay más cosas en el cielo y la tierra de las que tu filosofía cree”.

El libro nos invita a reflexionar, también, sobre la masonería instalada en el siglo que vivimos. ¿Cómo está la masonería en España? Se dice que la Segunda República que derribó al General Franco, fue nada más y nada menos que la fuerza masónica. ¿Tiene, entonces, mucho poder político? Según mi manera de interpretar las ideas y los hechos, sí. ¿Posee la masonería, esa élite cada vez más abierta a cualquier clase de hombres y mujeres, poderes relacionados con riquezas mal habidas? Pues sí.

El autor del libro escribe, ya al final casi del libro, sobre la masonería en el Paraguay. Interesante, es, ciertamente, su versión.

Breve reseña del autor

Christian Gadea Saguier inició sus trabajos e investigaciones en la Masonería en 1996. En mayo de 2005 publicó “El misterio de los Masones”.

Mantiene el blog Los Arquitectos (losarquitectos.blogspot.com) sobre librepensamiento, laicismo, humanismo y diversos aspectos del pensamiento masónico. El sitio recibe más de 10.000 visitas mensuales y se ha constituido en un espacio destacado de Internet. Escribe para revistas masónicas en América Latina y Europa. Es editor y director de la Editorial de la Luz.

Delfina Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, 11 de noviembre de 2007

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