El milagro del agua

cuento de Roberto Abad

Señor, señora, acérquese y ponga atención, la estoy llamando a usted, dama, a usted también, joven, venga para acá, escúcheme un minuto, tan sólo un instante que no le quitará nada, al contrario, si usted lo decide, puede obtener lo que quiera, incluso, una nueva vida, no le miento, crea, porque los que me conocen saben que digo la verdad, y no es por alardear, pero mis palabras tarde que temprano terminan por ser ciertas.

Sólo le pido que se mantenga atrás de la línea, que estoy trabajando, qué digo trabajando, esto va mucho más allá de conseguir dinero para comer, vine a darles una solución a sus males… Lo que les vengo ofreciendo no se asemeja a ningún otro producto, y su beneficio es para toda persona que se atreva, que no tema a lo desconocido, pues quien teme a lo desconocido suele quedarse solo, por eso este tratamiento es para personas valientes.

Ahora mire, no pierda de vista lo que tengo aquí enfrente, en este vaso que contiene agua, agua simple, agua de la llave, se encuentra la fórmula… A pesar de que no tiene nada de diferente a la que usted bebe por las mañanas o cuando se va a dormir, más que una cosa, una sola cosa, en este líquido está la salvación, la cura… El conocimiento de nuestras antiguas culturas se halla presente, nuestros antepasados a través de ritos y sacrificios obtuvieron el secreto, la bendición máxima para seguir viviendo (quizás en otro planeta) por miles y miles de años, y nunca morir… Hoy, le voy a enseñar lo que es la magia moderna, lo que no puede hacer un mago o un ilusionista.

No le vengo a engañar, no le vengo a mentir, para que me crea por completo y no piense que le estoy viendo la cara, voy a hacer dos demostraciones con las que usted, transeúnte desconfiado, podrá corroborar la funcionalidad del líquido… Para la primera les presento a Martina, mi serpiente traída del Congo, admírela, es hermosa y así como la ve, tiene el veneno suficiente para matar a un elefante, yo la traje para manifestar el poder del agua, por lo que me dejaré morder en este mismísimo momento.

No se asuste, no grite, no corra, porque ella no me va a hacer nada y tampoco a usted, para penas o vergüenzas mejor la dejo en la casa, en su refugio, es más, acaríciela… Martina es mi víbora y aunque me va a morder no me va a hacer daño, porque he bebido antes el agua de este vasito que, por una módica cantidad, también puede ser suya.

Vea cómo Martina está calentando la quijada, se está preparando, la pequeña mueve su cola, los está mirando, saludando, hola, buenas tardes, gente conocedora, cómo está el viejo, cómo está la vieja, ella saluda de la manera en que le enseñé a saludar y ahora le pido que me muerda, así es, pequeña, muerde con todas tus fuerzas, muerde mi brazo, Martina, no te cohíbas, ellos te están mirando sin maldad, tú sólo entierra tus colmillos, eso es, eso es, haz lo tuyo, Martina, enséñales que tú puedes, así, así, aférrate a mi piel e inyecta tu veneno, que es lo mejor que sabes hacer, ahí, presiona, más fuerte, recio.

Bien, ahora, niño de la gorra, señorita del bolso, por favor, dé un paso adelante, al borde de la raya, un pasito nada más, les muestro la herida por donde Martina, la mortífera, inyectó su terrible veneno, veneno que ahora fluye en mi sangre y si no hubiera bebido el agua estaría retorciéndome, muriendo, y no, estoy vivo, señoras y señores… Gracias por los aplausos, los necesito para lo que sigue, caballeros, quédense aquí conmigo, pero no me avienten monedas, espere a dármelas en la mano como debe ser, que no vengo a vivir de la caridad ni de la lástima, sino a mostrarles lo más nuevo del mercado.

Pero no vaya a pensar que es el último invento japonés, olvídese, por primera vez los nipones se han quedado obsoletos ante este gran invento, por suerte, ellos siguen muriendo como si nada, sí, sientan compasión y agucen los sentidos, porque hay gente que mira más y hay gente que mira menos, es por eso que lo siguiente vamos a hacerlo más despacio, lo vamos a hacer poco a poco, para que usted vea, señorita, licenciado, madre de familia… Necesito dos voluntarios a los cuales no cobraré, y si quieren se los firmo, es más, aquí tiene mi cartera, sosténgala usted, abuela, se ve que es una persona de fiar, igual que yo… Cuando alguien note que entre todo esto hay algo de mentira, les juro que, con tal de que confíen en mí, soy capaz hasta de darles los últimos billetes que obtuve de las ventas de ayer.

Perfecto, entonces, tenemos a dos valientes, y quiero aclarar que jamás las he visto, los paleros hace mucho dejaron de existir, a esta señora de cabello gris jamás la he visto, a esta niña flaca, que más bien parece un fideo, con todo respeto, no la reconozco, ¿verdad?... Una mujer y su hija, lo que faltaba para poder comenzar el tratamiento que, no es por presumir, pero es más efectivo que cualquier medicina o pomada… Si se ingiere este vaso con agua se quitará de problemas existenciales, es una garantía, piénselo así, señora, y tú también, niña, quita esa cara de espanto que pronto estarás bien, para eso me mandan, para eso me pagan.

Fórmense aquí adelantito, les voy a hacer algunas preguntas y dependerá de sus respuestas si decido darles los beneficios del agua, es necesario que me digan por qué desean ser inmortales, por qué desean ser eternos: ¡por qué!... Iniciemos, ¿qué me dice?, pero tranquila, cálmese, hable despacio, no llore, sé que está desesperada… Sí, lo suponía… la nena tiene una enfermedad terminal, comprensible, ¿y usted?… ah, sólo la acompaña, está bien, parece prudente viniendo del dolor de una madre.

Atentos, esto es serio, en sólo unos segundos haré desaparecer esa terrible sensación de encontrarse en un cuerpo finito, haga de cuenta que hoy se hará realidad lo que siempre imaginó, se cumplirá aquí y ahora… Repito, esto es sólo para personas que les gusta tener nuevas experiencias, conocer, por lo tanto, para lo siguiente les pido que levanten sus manos y nos manden su energía, muy bien, un poco más, ya la puedo sentir, vamos a hacer un esfuerzo mayor, así, así, bien es momento, como dicen los grandes magos, nada por aquí, nada por allá, el vaso es simple y sólo contiene agua, pero el agua es magia pura que nuestros ancestros mayas nos heredaron… ¡Bébanla!

Ahora que han tomado el agua, quiero que lleguemos a la conclusión de éste, mi acto final, para lo cual me permito invitar a la pequeña y a su madre, las más atrevidas de todos ustedes, porque ellas van a ser quienes demuestren que se puede vivir para siempre, les pediré que crucen la calle y se detengan en medio de la carretera, a la espera del siguiente camión… No señora, no tema, confíe, y ustedes no se entrometan, déjenla, ¡que la dejen, dije!, verán cómo ha sido verdad lo que les he dicho… Crucen la calle, bien, cierren los ojos, aprovechen que el semáforo de la otra esquina está en rojo y no viene ningún coche, permanezcan ahí en la línea peatonal, mientras nosotros, testigos impacientes, esperamos el desenlace extraordinario de esta escena, ponga atención, caballero, dama, señor, señora, miren, allá, un autobús que a buena distancia hace sonar su motor, quizás para demostrar que en esos dos seres humanos, antes tan indefensos, que tanto resistieron para tener lo que hoy les he otorgado, existe la garantía del tiempo y la posteridad, el milagro del agua que resbala por sus gargantas, pasa por sus pulmones y está llegando a lo más hondo de su corazón… Por fin, se ha puesto el verde en el semáforo, allá viene, tómense de las manos si quieren, que sea el lazo irrompible de su deseo, se acabó la espera y aquí termina mi labor, bienvenidas a la vida eterna.

Roberto Abad (Cuernavaca, Morelos, 1988). Escribe y compone música. Egresado de la licenciatura en Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Recibió el premio CONAFE en 2011, el primer premio del Concurso de Cuento del Diario de Morelos 2012 y el primer lugar nacional en el Certamen Carta al Padre 2012, organizado por la editorial Par de Tres. Ha publicado varios cuentos en diversos medios impresos estatales y nacionales. Fue incluido en la antología Alebrije de Palabras. Escritores Mexicanos en Breve. Actualmente, colabora con la Secretaría de Cultura de Morelos.

 

cuento de Roberto Abad

Originalmente publicado en  Punto en Línea

Punto en Línea es una publicación bimestral editada por la Universidad Nacional Autónoma de México

Link del texto: http://www.puntoenlinea.unam.mx/index.php/511-punto-en-linea-no-047/047_cuento/816-el-milagro-del-aguaroberto-abad

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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